Situación económica Internacional y Nacional

1) Situación económica
internacional
La economía mundial se debate hoy en una contradicción principal al parecer difícil de superar. Por un lado, está la concepción que predominó por más tres de décadas, desde los años 80 hasta el surgimiento del gobierno de Donald Trump, que, es conocida por el nombre de “neoliberalismo económico,” concepción fundamentada en el total dominio del mercado en la economía en todas sus fases: inversión, producción , reparto y comercio, con el absoluto dominio del sector privado sobre el público y escasa intervención de éste en las decisiones económicas: desregulación o achicamiento de la intervención estatal.
Esta concepción y práctica económicas capitalistas, sin importar sus niveles de desarrollo: avanzado, intermedio y atrasado y sus resultados han tejido el comportamiento económico y produjeron una mayor concentración y centralización de las riquezas (el 1% de los más ricos posee el 50% de todas las riqueza del Planeta), así como la ampliación de la inseguridad y de la pobreza: más de 1,000 millones de hambrientos en el mundo y más de 3,500 millones de pobres en el Tercer Mundo (ver informes de los organismos de la ONU de los años 2017 y 2018).
Por otro lado, con la llegada al control político (del Estado) del equipo de Donald Trump, en Estado Unidos, se elaboró e implementó desde el poder político una nueva concepción y práctica económicas, contrarias al neoliberalismo dominante, que se resume en la consigna de Donald Trump: “América para los americanos,” que es el abandono de la “plena libertad del mercado” por una agresiva protección de la economía norteamericana, que propone la creación de condiciones económicas favorables para lograr su crecimiento y desarrollo, entre las cuales están: exenciones` y rebajas de impuestos, facilidades para la repatriación de capitales, subidas de aranceles a productos extranjeros, aumento de inversiones para la creación de empleos, aumentos de salarios, el incremento del consumo interno y desarrollo del mercado nacional.
Todo esto se encamina hacia el rescate del dinamismo, fortaleza y liderazgo de la economía estadounidense, la primera del mundo.
Donald Trump y su equipo en el poder político se han mostrado y se comportan con decisiones y convicciones firmes para enfrentar a la aparente libertad del mercado y a la ausencia de la intervención estatal en la economía, presentándoles en oposición la política de la protección del mercado nacional y la participación estatal en defensa de Estados Unidos, sin utopía y sin apariencia diplomática.
Hasta el momento se da una dura batalla entre los neoliberales, aferrados al Consenso de Washington y el equipo político de Trump, que defiende la protección económica y postula mejores condiciones para su país en los acuerdos comerciales y las relaciones entre las naciones.
Esta contradicción principal en que se debate la economía mundial, es la que pauta el comportamiento y el desenlace económico y político internacional, sin que se vea con claridad cuál de las dos concepciones triunfará y dirigirá la economía y la política mundiales, aunque de las dos, parece ser que se impondrá la concepción proteccionista del mercado, sobre todo por los nefastos resultados económicos y sociales, derivados de la concepción contraria, que predominó por más de 30 años, lacerando las condiciones de vida de las grandes mayorías de la población mundial.
El predominio mundial del proteccionismo económico, pautará el comportamiento futuro en lo económico, social y político.
La contradicción principal que guía la economía mundial está creando muchas dificultades en los flujos de inversiones, que disminuyeron en un 27% en los últimos dos años, igualmente en el comercio (por las guerras comerciales entre China y Estado Unidos) y se señala que el comercio disminuyó un 46% en 2017 y un 39% en el 2018; hay un lento crecimiento económico (3.2% para el mundo y 1.2% Región América Latina y el Caribe); revisiones y modificaciones de los principales tratados comerciales entre las naciones; enfrentamientos económicos y políticos entre Estados Unidos, Europa y Asia; mayor deterioro del medio ambiente por la negación de Donald Trump a firmar el Acuerdo de París y a respetar una política de desarrollo económico sostenible e inclusivo.
Los conflictos económicos mundiales impactarán la situación política, que se mantendrá tensa en las regiones y países con guerras y conflictos internos, por el control y supremacía militar y estratégica, en especial, los enfrentamientos políticos dados entre las principales potencias mundiales: Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europea, pero las luchas entre ellas son contradicciones secundarias, y por lo tanto, habrá entendimientos entre ellas, sin que se llegue a desatar un desastre bélico, que ponga en peligro el equilibrio mundial, que tendría consecuencias fatales para la humanidad.
2) Situación nacional
La economía dominicana, por ser caribeña y bastante pequeña, recibe el impacto de la situación internacional, sobretodo, por ser una economía bastante abierta al resto del mundo, y por sostenerse de un modelo económico productor de servicios, totalmente dependiente del comportamiento de la economía mundial, y muy en particular, por los sucesos en Estado Unidos, Haití, Europa y en China, que son los principales inversores y socios comerciales del país.
Para el presente año (2018) la economía dominicana mantiene un buen comportamiento en su modelo económico productor de servicios, logrando excelentes resultados para los grupos y sectores económicos y sociales predominantes en el modelo: turismo, minería, zonas francas, banca, comercio y telecomunicaciones, siendo menos favorecidos los sectores responsables de la producción de bienes: agropecuario e industrial, que dependen en más de un 95% de micros, pequeños y medianos productores, y que son duramente afectados por la apertura del mercado a los países desarrollados, que tienen ventajas competitivas con nuestros productores, que están desprotegidos.
Las cifras oficiales hablan de un buen comportamiento económico nacional: un crecimiento cercano al 7% de PIB, con baja inflación (por debajo del 4% anual), aumento del empleo ( se habla de unos 200,000 nuevos empleos para este año), reservas internacionales que financiarían 4 meses de importaciones, devaluación monetaria moderada (un 4.5% en el año), estabilidad cambiaria, con una tasa de cambio dentro del nivel proyectado en el presupuesto y un buen flujo de inversiones extranjeras, así como el aumento en la llegada de turistas al país; la salida de la pobreza de más de medio millón de personas en los últimos años.
Las cifras económicas indicadas están acompañadas de variables e impactos negativos, que se pueden destacar entre los siguientes:
1) Continuación de los altos déficits económicos : en la finanzas públicas(2.6% para 2019); en el comercio exterior por la caída de los exportaciones y aumento de las importaciones (-1.4% del PIB); baja presión tributaria (15.5% del PIB); elevado endeudamiento (50% del PIB), que consume más del 35% del presupuesto nacional en servicios o pagos de intereses y capital; pésimos salarios, que no cubren ni el 30% del costo de la canasta familiar; tributación regresiva porque pagan más impuestos la clase media y los pobres que los ricos (más del 75% de las recaudaciones anuales); incrementándose así la inequidad social y la pobreza; malísima distribución del ingreso y de las riquezas (una de las peores de América Latina y del mundo); baja y mala oferta de servicios públicos; baja calidad del gasto público; elevada e incontrolable corrupción e impunidad; crecimiento de la delincuencia y del narcotráfico; debilitamiento institucional, en especial de los principales poderes públicos; desesperanza en la población y deseo de emigrar (los jóvenes en mayoría); pobre comportamiento de los sectores productivos de bienes y que están en manos de dominicanos (agropecuario e industrial); mala calidad de los dos servicios públicos considerados como los pilares del desarrollo sostenible e inclusivo (educación y salud); deterioro de la actividad política, de los líderes políticos y de los partidos políticos; debilidad pronunciada del liderazgo y de los gremios en sentido general; más de 3,500,000 pobres, y de ellos más de 700,000 indigentes; así como otros males que debemos superar para evitar su deterioro.
Al ponderar los aspectos positivos del país con los negativos, la balanza se inclinaría hacia los últimos, los que penden como la espada de Dámocles sobre el presente y futuro de la Nación, y de todos (as) los (as) dominicanos(as), pero en este nuevo año nuestro sagrado deber es de seguir luchando por un mejor año y un futuro promisorio para la gran mayoría del pueblo, encaminando nuestros esfuerzos hacia el logro del BIEN COMUN, siempre colocándolo por encima del individual, que es la razón de ser de las políticas económica , social y pública, así como del comportamiento de toda persona de bien y consciente.
Pongamos nuestro máximo empeño en la superación de los males que agobian a la Nación.
¡Que así sea!
Lic. Héctor Sánchez
Economista-Asesor.