FENACODEP

Es muy atinada la medida dispuesta por la magistrada, Miriam Germán Brito, de prohibir a los fiscales levantar actas de compromiso que dejen en libertad a personas que pueden convertirse en potenciales feminicidas.

Con esa disposición la procuradora general de la Republica salvaguarda la vida de muchas mujeres que, a pesar de las denuncias que presentan ante el Ministerio Público, siguen corriendo el riego de ser asesinadas por sus excompañeros sentimentales, como ocurre con mucha frecuencia.

Muchas mujeres maltratadas ofrecen de buena fe su consentimiento ante un fiscal para que se levante un acta en la que su potencial verdugo se compromete a no agredirla, lo que muchas veces no cumple.

La medida de Germán Brito es clara, porque establece que una mujer sobre la cual el ministerio público establece que su vida corre peligro, no tiene potestad para hacer ningún tipo de arreglo con el potencial verdugo.

Nuestros medios de comunicación están llenos de ejemplos de mujeres que han sido asesinadas por hombres contra los cuales habían presentado denuncias, o que en muchos casos arribaron acuerdos o firma de actas de compromiso.

La decisión de la magistrada de prohibir esos acuerdos de escritorio con individuos de comprobado historial delictivo por su carácter violento.

Son conocidas muchas historias de mujeres golpeadas por sus excompañeros sentimentales que acuden a la fiscalía para denunciar al agresor que le propinó golpes y heridas que tardan en curar, sin embargo, cuando el sujeto es apresado intentan retirar la acusación mediante la firma de actas de compromiso.

El espíritu de la procuradora general es que los fiscales se conviertan, de acuerdo a la ley, en dueños o tutores de la querella, porque la vida de una persona no puede depender de un papel oficial.

Todo hombre que agrede físicamente a una mujer, su destino obligatorio tiene que ser la cárcel, para que pague por su agresión.